La gran mayoría de nosotros nos hemos pasado la vida escuchando que es necesario conocer idiomas para movernos por el mundo. Pero, en muy pocas ocasiones se nos planteó la idea de dedicarnos únicamente al conocimiento de otro idioma, como nuestra única herramienta de trabajo.

Por eso, a continuación, queremos presentarte el oficio de la traducción y todo lo que debes saber para ser traductor.

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¿Qué es exactamente ser traductor?

Muchas veces, confundimos el oficio de intérprete con traductor y, por eso vamos a mostrarte las diferencias principales. Aunque ambos oficios requieren el dominio de una lengua adicional a la materna, la interpretación es hablada y la traducción es escrita. Esta es la principal diferencia entre ambos trabajos.

Usualmente, un traductor traduce los textos de un idioma que conoce a su lengua nativa, ya que es donde se encontrará más cómodo. Eso permite que el resultado sea más fluido y natural. Es decir, si un traductor nativo francés, domina a la perfección el español, seguramente traducirá los textos del español al francés para que estos ni siquiera parezcan una traducción.

Tipos de traductores

Los traductores pueden trabajar en una variedad de especializaciones y ámbitos muy extensa. Por ejemplo:

  • Las traducciones técnicas las llevan a cabo ingenieros que proceden de diferentes disciplinas
  • Las traducciones médicas están hechas por profesionales de la medicina
  • Las traducciones en el área del marketing son escritas por expertos en el sector.
  • La traducción jurada en Barcelona, por ejemplo, o también llamada traducción jurídica, se lleva a cabo mediante abogados que también son traductores.
  • Entre otras…

Cualquier sector que utilice la lengua y los idiomas como su vehículo de comunicación es susceptible a necesitar traductores. Algunos traductores trabajan como freelances; sin embargo, hay otros que trabajan en la plantilla de una empresa. Esto ofrece a los trabajadores la posibilidad de decidir si quieren ejercer a tiempo completo o simplemente tomárselo como un extra.

Requisitos para ser traductor en España

En España, cualquier persona puede ejercer la profesión de traductor libremente, sea licenciado o no. A principios de los años 90 se impulsó una nueva carrera universitaria llamada “Estudios conducentes al título de Licenciado en Traducción e Interpretación” que es la que suelen estudiar la mayoría de traductores. Sin embargo, no es necesario haber cursado esta licenciatura para ejercer.

Por el momento, se trata de una profesión que no está demasiado reglada, por lo que cualquier persona con el conocimiento necesario puede ejercerla. Exceptuando la figura del Traductor Jurado, ya que su nombramiento debe ser otorgado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. Este nombramiento hace que el traductor tenga la calidad de fedatario público en las lenguas que se haya acreditado.

Es bastante difícil encontrar trabajo como traductor por cuenta ajena, es decir con un contrato empresarial. Esto sucede tanto en el sector público, como en el privado y, por eso la mayoría de traductores trabajan como autónomos. 

En este caso, uno de los requisitos para ser traductor por tu cuenta, sin un contrato en una empresa, deberás darte de alta en Hacienda y en la Seguridad Social. Si no cumples con estas obligaciones tributarias, estarías al margen de la ley.

Por lo tanto, en España, es posible trabajar como traductor en cualquier caso, siempre que no cumplas con estos dos requisitos:

  • Trabajar como Traductor Jurado sin haber recibido el nombramiento del Ministerio
  • No cumplir con las obligaciones fiscales y laborales exigidas por el estado a todas aquellas personas autónomas.

¿Si hablo dos idiomas puedo ser traductor?

Algunas personas piensan que, por el hecho de hablar dos idiomas, ya pueden ser traductores. Pero, lo cierto es que hay miles de personas bilingües en el planeta y no todos ellos pueden dedicarse a esta profesión. 

La traducción requiere de muchas habilidades que no todo el mundo tiene o no ha desarrollado académicamente. Entre estas habilidades podemos destacar el dominio del vocabulario y de la gramática, el estilo de escritura, la ortografía, etc. Por lo tanto, es bueno que un traductor se forme para adquirir todos esos conocimientos.

Ahora tienes una idea un poco más concreta de cómo ser traductor y de qué manera puedes llegar a tener trabajo de forma totalmente legal. Recuerda que hablar dos idiomas no te hace traductor y que la formación puede convertirse en tu mejor aliado para lograr tus sueños profesionales.